Regent’s Park, Camden, National Gallery y Odeon Luxe

Kara Ema:

Ayer visité un parque real inmenso más, Regent’s Park, el cual era tan grande —aun más que Hyde Park— que ni siquiera lo he podido terminar. Llegué a hacer toda la zona oeste y sur, con lo cual me han quedado el norte y el este para ver otro día.

Una cosa que noté en este parque es la gran cantidad de carteles de prohibición, tal como los que se pueden ver en Trafalgar Square. Parece que el gobierno británico es aficionado no solo a meter cámaras por todos lados sino también a meter reglas y restricciones. Algunas de las que vi en este parque son: «no cycling» (prohibido andar en bicicleta), «no skating» (prohibido andar en patineta), «no ball games» (prohibido jugar juegos con pelota), «no dogs» (prohibido ingresar con perros), y en los parques infantiles: «no unaccompanied children» (prohibido niños no acompañados) y «no adults allowed unless accompanied by children» (prohibido adultos no acompañados por niños).

Por cierto, ¿viste que en los museos hago ese juego de ver si puedo hallar algún retrato de una niña infiltrado entre todos los de hombres, mujeres y chavales? Bueno, para los parques gigantes también tengo mi propio juego. Consiste en recorrer la mayor cantidad de senderos del parque que pueda, de forma tal de pasar por el mismo camino la menor cantidad de veces posible (idealmente solo una). Generalmente lo consigo hacer bastante bien.


Ayer arranqué la jornada a las 13:30 en la estación de metro Baker Street. Apenas salí de la estación me encontré con el más brillante y célebre detective de ficción, ideado por el escritor británico Arthur Conan Doyle, y cuya residencia se situaba en el número 221b de la calle Baker Street. Hago alusión, claramente, al excelentísimo señor Sherlock Holmes.

Sherlock Holmes, The Great Detective

De la estación me fui directo a caminar por Baker Street, donde estaba el museo de Sherlock Holmes, cuya fachada fingía ser el número 221B y la antigua residencia del gran detective.

Entrada al museo. Sobre la puerta de la izquierda se puede ver el número 221B.
La plaza azul pone «221b, Sherlock Holmes, Detective Consultor, 1881–1904», como si fuese una persona que ha vivido ahí realmente entre esos años.

Luego, aprovechando que estaba cerca, me fui para Regent’s Park, un parque de 170 hectáreas (1,6 km²). Como sabes, para mí la mejor forma de que puedas hacerte una idea de lo grande que es un parque no es decirte su superficie sino las cosas que tiene adentro. Así que al igual que hice con Hyde Park, aquí va una lista parcial de lo que te puedes encontrar en este otro parque monumental:

  • Jardines japoneses
  • Jardines ingleses
  • Juegos infantiles
  • Restaurantes, bares y cafeterías
  • Un teatro al aire libre
  • Pistas de tenis
  • Campos de fútbol, sóftbol, rugby, críquet y lacrosse
  • Un lago
  • Un zoológico
  • Una universidad
  • Varias propiedades privadas residenciales, generalmente ocupadas por familias reales
  • Winfield House, residencia oficial del embajador de Estados Unidos en el Reino Unido
Triton and Dryads Fountain
The Japanese Garden Island (I)
The Japanese Garden Island (II)
The Japanese Garden Island (III)
Queen Mary’s Rose Gardens
Regent’s University London
Winfield House
London Central Mosque, una mezquita ubicada frente al parque
Hanover Gate Children’s Playground
Regent’s Park Lake (I)
Regent’s Park Lake (II)
English Gardens (I)
English Gardens (II)
Griffin Tazza (Lion Vase)

A las 15:00 me fui a pasear por la bonita zona de Camden Town, adyacente a Regent’s Park.

Camden Town (I)
Camden Town (II)
Camden Town (III)

A las 16:30 fui a la National Gallery, una pinacoteca en Trafalgar Square.

La National Gallery (Galería Nacional, en español) es el principal museo de arte de Londres, situado en el límite norte de la plaza de Trafalgar perteneciente al municipio de Westminster, en el centro del Gran Londres. Inaugurada en 1824, tiene una colección de más de 2300 pinturas, mayormente europeas, de un amplio periodo histórico entre 1250 y 1900. […]

Wikipedia
«Orpheus» de Roelandt Savery (1628)
The Julia and Hans Rausing Room
«A Landscape at Sunset» de Claude-Joseph Vernet (1773)
«A Shipwreck in Stormy Seas» de Claude-Joseph Vernet (1773)
«The Samian Sibyl with a Putto» de Guercino (1651)
«The Lottery in Piazza di Montecitorio» de Giovanni Polo Panini (1743-4)
«The Painter’s Daughters with a Cat» de Thomas Gainsborough (1760-1)
«An Experiment on a Bird in the Air Pump» de Joseph Wright of Derby (1768)
«The Graham Children» de William Hogarth (1742)
«Late Afternoon in our Meadow» de Camille Pissarro (1887)
«Mademoiselle Brongniart» de Elizabeth Louise Vigée Le Brun (1788)
«A Regatta on the Grand Canal» de Canaletto (~1740)
Salida del museo

De la pinacoteca me fui para Leicester Square —el barrio de los cines y las tiendas de dulces— porque a las 18:30 iba a ir a ver una película en uno de los tantos cines que hay por esta zona.

Mientras hacía tiempo para la película, me paseé un rato por la plaza y descubrí algunas más de las estatuas de personajes de películas:

Clifford
Bugs Bunny
Paddington Bear

También paré en una de las tiendas de la plaza para comprarme unos mini panqueques de tofi y crema batida. Por cierto, el tofi parece que es a Inglaterra lo que el caramelo es a Francia o lo que el dulce de leche es a Argentina. Para mi gusto los tres son más o menos similares y exquisitos.

Mini pancakes

Finalmente llegó la hora de la película. Fui a ver Sword Art Online Progressive: Aria of a Starless Night, una película de animación japonesa, hablada en japonés y subtitulada en inglés. Ya que iba al cine, quería hacerlo bien y que fuera una bonita experiencia en sí misma más allá de la película, así que decidí pagar un precio algo mayor a lo normal (el doble prácticamente) para ir a Odeon Luxe, un cine «de lujo».

Odeon Luxe

Los aspectos que lo distinguían de un cine convencional eran básicamente dos: sillones reclinables híper cómodos, con una bandeja para apoyar la comida y bebida que traigas, y aseos privados para cada sala—ni siquiera tienes que salir al pasillo principal, sino que están contiguos a la sala y se acceden por una puerta dentro de ella.

La sala en la que estuve

Algo curioso es que en ningún momento me controlaron la mochila —en la pinacoteca tampoco, por cierto—, con lo cual tranquilamente uno se podría llevar comida y bebida desde su casa para evitar tener que comprarla en la tienda propia del cine (cosa que por ejemplo en los cines de Argentina no te permiten).

Antes de arrancar la película, pasaron unos diez minutos de publicidad y luego diez más de avances de otras películas, que según dijeron estaban personalizados al filme que veníamos a ver. Por eso es que, por ejemplo, uno de los avances que nos mostraron fue para otra película de animación japonesa llamada Belle.

Los sillones reclinables

Ame,
Kato