Parrillada en la playa y expedición a Kamakura

Kara Ema:

La empresa que administra la share house (vivienda compartida) donde estoy viviendo me invitó a una parrillada en la playa este sábado, así que por supuesto que asistí y la pasé fenomenal.


A las 8:30 me tomé el tren para estar a las 10:30 —sí, fue un trayecto largo— en la estación de Katase-Enoshima, que era donde habíamos quedado que nos encontraríamos para ir a la playa todos juntos.

La playa donde hicimos la BBQ party se llamaba Katase Higashihama. Estabamos muy cerca de Enoshima, una pequeña isla en la desembocadura del río Katase, a la cual se puede acceder a través de un puente de 600 metros de largo.

Isla Enoshima vista desde la playa Katase Higashihama
Algunas de las cosas que comimos y bebimos durante la parrillada

Había gente de todos lados: Francia, Rusia, Países Bajos, Alemania, Italia, Hong Kong, Corea del Sur, Argentina, y por supuesto Japón. Y como siempre, los franceses eran por lejos la mayoría. Sin contar los organizadores del evento, había como seis franceses, cuatro japoneses, dos surcoreanas, dos hongkoneses, una alemana, un ruso, un neerlandés y un argentino.

Una idea que se me ocurrió a mí: hacer una foto mostrando los tatuajes de las banderas de nuestras nacionalidades. La de Argentina es la única con colores originales.
Luego de que le sugerí la idea a uno de los organizadores, volvimos a hacer la foto pero esta vez con una bandera de cada nacionalidad.

Estoy contento porque pude hacer sociales con la mayoría, y sobre todo porque pude practicar bastante mi japonés con uno de los japoneses que era súper simpático. También he estado hablando bastante con el neerlandés (ya lo conocía desde antes porque es de mi misma share house e incluso va a la misma escuela que yo), con los franceses (tanto en francés como en inglés), con el japonés simpático (tanto en japonés como en inglés), y con una hongkonesa que me contó varias cosas de su cultura que no conocía.

Hubo dos personas en particular que debo reconocer que me encandilaron un poquito con sus encantos. Una francesa con quien estuve charlando un rato, que cuando hablaba (o intentaba hablar) en inglés lo hacía con un fuerte acento francés que me parecía súper mignon. Y una japonesa miembro del staff que organizó la juntada —con quien estuve jugando a la pelota en la orilla—, que era realmente kawaii y kirei (guapa).

En un momento participamos de una popular tradición japonesa: suikawari.

El suikawari (スイカ割り) es un juego tradicional japonés que consiste en partir una sandía con un palo mientras se tienen los ojos vendados. Jugado en verano, el suikawari es más frecuente en las playas, pero también se da en festivales, picnics y otros eventos veraniegos.

Las reglas son similares a las de la piñata. Se coloca una sandía y los participantes, uno a uno, intentan romperla. A cada uno se le vendan los ojos, se le da tres vueltas y se le entrega un palo de madera, o bokken, para que lo golpee. El primero en abrir la sandía gana. Otros participantes o compañeros de equipo también pueden dar pistas al jugador, como izquierda/derecha o recto.

Después, los trozos de sandía producidos se reparten entre los participantes. Dado que la sandía puede caer en la arena y ensuciarse, se suele colocar una sábana, un trozo de cartón u otro elemento debajo de ella.

Wikipedia
La persona que se llega a ver en el fondo con una camiseta azul es la nipona bonita Suikawari
Suikawari en la playa

A eso de las 16:00 se dio por finalizada la reunión en la playa y cada uno se fue por diferentes caminos, excepto un pequeño grupo de gente —incluyéndome— que, aprovechando el hecho de que estábamos cerca de Kamakura, nos tomamos un tren y nos fuimos de expedición para allá. Éramos: el nipón majo, los dos hongkonenses, tres franceses (dont la mignonne), el ruso, y yo.

Kamakura (鎌倉市) es una ciudad situada en prefectura de Kanagawa, Japón, a aproximadamente 50 km al suroeste de Tokio.

Kamakura fue la capital de facto de Japón de 1185 a 1333 como sede del Shogunato de Kamakura […]. La ciudad es un destino turístico nacional popular en Japón; además es una ciudad costera con un gran número de festivales estacionales. Se caracteriza por su gran cantidad de antiguos santuarios y templos budistas y sintoístas.

Wikipedia

Lo primero que hicimos cuando llegamos fue parar en una heladería, donde nos pedimos un gelato de matcha. Luego alguien propuso ir a visitar el santuario sintoísta Tsurugaoka Hachimangu.

Torii del santuario Tsurugaoka Hachimangu
Temizuya (fuente de purificación) del santuario
Escaleras que te llevaban al haiden (oratorio), donde todos hicimos la cola para hacer el ritual del rezo sintoísta.

Tras pasear un rato por los terrenos del santuario (era bastante extenso), anduvimos un poco más hasta que finalmente llegamos a la estación y nos tomamos todos el mismo tren de regreso a Tokio. Antes de despedirnos, nos intercambiamos nuestros números para mantenernos comunicados por Line y a lo mejor organizar una nueva juntada más adelante.

Ame,
Kato