Ayer fui a pasar la tarde a Odaiba. A las 14:00 me tomé el Yurikamome, un tren elevado completamente autónomo. Por supuesto que me tuve que sentar adelante de todo y filmar todo el viaje.
Me bajé en la estación Telecom Center y desde ahí me fui caminando hasta mi primera parada: el Miraikan.
El Museo Nacional de Ciencias Emergentes e Innovación (日本科学未来館, Nippon Kagaku Mirai-kan), conocido simplemente como Miraikan (未来館, literalmente «Museo del Futuro»), es un museo creado por la Agencia de Ciencia y Tecnología de Japón.
Se inauguró en 2001. Está situado en un edificio construido a tal efecto en el distrito de Odaiba de Tokio. Se puede llegar a él con el sistema de transporte totalmente automatizado Yurikamome desde el centro de Tokio en unos 15 minutos.
Estuve unas dos horas y media recorriendo todos los pisos del museo. Durante mi visita constaté lo siguiente:
La cantidad enorme de empleados del museo que había en todas partes, todos vistiendo una camiseta amarilla para que los pudieras reconocer fácilmente.
También había bastantes visitantes, dado que ayer era el aniversario del museo y la entrada era gratis.
En determinados horarios y lugares había charlas y demostraciones dadas por científicos del museo.
Una parte considerable del material en exposición estaba pensado para que pudieras interactuar con él de alguna forma.
Cada tanto te encontrabas con un cartel que te hacía una pregunta y podías responderla escribiendo en un pequeño papel autoadhesivo y pegándolo junto con los otros que habían escrito los demás visitantes.
Después del museo me fui a visitar el parque Shiokaze, en el extremo noroeste de Odaiba. Puntos destacables de este parque: es público y gratuito, tiene una parte descampada, una carrascosa y una ribereña, tiene lugares para hacer y comer barbacoa, tiene vista al Rainbow Bridge, y debido a que está algo alejado de las zonas más concurridas de la isla, es bastante pacífico.
De ahí me fui a caminar por el parque marino de Odaiba, a lo largo de la costa de la bahía de Tokio.
La playa de Odaiba culminaba en el parque de Odaiba, así que ese fue mi siguiente destino.
De ahí me fui a cruzar caminando el imponente puente (¿«impuenente»?) Rainbow Bridge.
El resto de las fotos son de cosas que me encontré en el camino desde el Rainbow Bridge hasta la estación ferroviaria más cercana (Tamachi), donde a las 20:00 me tomé el tren para rentrar.
Bien ahí que conseguiste la primera fila en el tren!