Talento juvenil japonés
Antes de arrancar con la entrada de hoy quería compartir contigo tres vídeos que descubrí esta semana y que me parecieron espectaculares. Los tres tienen un tema en común: muestran a jóvenes japoneses con mucho talento.
El último vídeo es parte de una película llamada「くちびるに歌を」(Kuchibiru ni uta o; Ten la canción en tus labios). La vi anoche y me pareció fenomenal. Es una de esas películas tan cargada de emociones y sentimientos que no puedes evitar verla sin derramar alguna que otra lágrima. A los japoneses les encanta hacer películas y series de este estilo y a mí me encanta verlas.
Kara Ema:
El sábado fue una larga e interesante jornada. Quería aprovechar bien el día y hacer algo divertido, dado que el domingo voy a tener que estar todo el día en casa limpiando mi habitación, organizando mis cosas y preparando mi maleta dado que el lunes por la mañana tengo programada la mudanza.
El único plan que tenía cuando salí de casa a las 12:00 era la obra de teatro de Romeo y Julieta en el Fukufuku Hall. ¿Recuerdas que te había contado que el sábado pasado había ido allí para ver el ensayo pero al final me había confundido de lugar? Bueno, esta vez finalmente la pude llegar a ver.
La obra arrancaba a las 13:00, así que desde casa me fui directo para allá por medio de un tren y un metro. Llegué a las 12:45, pagué los ¥3000 que costaba la entrada (~US$20) y me fui a buscar un lugar en la sala de teatro.
A las 13:00 en punto se levantó el telón. A las 14:00 hubo un intervalo de 15 minutos, y a eso de las 15:30 terminó la función. Los actores y actrices estaban compuestos por gente de todas las edades y generaciones. Además de las actuaciones, también hubo varias secciones de canto y baile. En los interludios a veces aparecía un violinista al costado del escenario y se ponía a tocar una breve pieza clásica.
Una de mis partes favoritas de la obra fue la última escena de la primera parte, antes del intervalo, cuando Romeo y Julieta se casan. Mientras están los dos agarrados de las manos y mirándose cariñosamente a los ojos, empieza a sonar la canción You Raise Me Up, y aparece el violinista al costado del escenario y se la pone a tocar. No recuerdo nada que me haya dado tantos escalofríos como ver esta escena.
Otra parte linda fue el final. No podían terminar con los dos muertos y acostados uno al lado del otro arriba de una mesa, así que agregaron una escena al final en la que hacen como que «reviven» —o quizás están mostrando cuando se reencuentran en el Más Allá—, se levantan los dos juntos de la mesa donde yacían sus cuerpos sin vida, se enfrentan el uno con el otro, se toman de las manos y se miran sonriente y cariñosamente, evocando la escena previa del casamiento. Ahí es cuando se baja el telón.
¿Qué más puedo contarte sobre la obra que me haya gustado? Me gustaron mucho las actuaciones de todos. Se nota que estuvieron ensayando muchísimo para que saliera todo perfecto. Las tres pequeñas doncellas de Julieta me parecieron súper tiernas, y Julieta muy guapa con el vestido de novia que llevó puesto durante toda la obra.
Me gustó también que hayan decidido respetar las verdaderas edades que tenían Romeo y Julieta según la historia original de Shakespeare, cosa que por ejemplo en la película de Leonardo DiCaprio y Claire Danes no sucede.
Por último, me gustó que al final de la obra hayan dejado al público unos minutos específicamente para sacar fotos de los actores, para llevarse de recuerdo. Durante la obra estaba prohibido hacer fotografías, lo cual es lo normal en todo el mundo, pero el hecho de que agreguen esta sección al final para que puedas hacer fotos me pareció súper simpático, y obviamente saqué provecho.
Después de ver la obra me fui caminando hasta el parque Ōhori.
Llegué a las 16:00 al parque. Más tarde me enteré de que esa era exactamente la hora en que terminaría un evento que había tenido lugar en el parque durante toda la jornada del sábado, llamado The Fst. El mismo consistía en una maratón de 5 kilómetros alrededor del estanque, donde cualquiera podía participar. Y cuando digo cualquiera realmente quiero decir cualquiera: había carreras para niños, para ciegos, e incluso una exclusiva para perros (acompañados de sus dueños).
De ahí me fui a un santuario cercano, el Gokoku-jinja. Todavía era época de Shichi-go-san, así que naturalmente me encontré con algunos niños llevando la vestimenta tradicional que se ponen para festejar esta celebración anual.
Luego me fui caminando hasta Tenjin, donde me metí en las calles subterráneas y me perdí ahí por varios minutos.
Luego pasé frente al ayuntamiento de la ciudad, con la esperanza de toparme con algún evento como la última vez que había pasado por allí. Si bien había una especie de evento, no era nada demasiado interesante:
Aparentemente tenía que ver con la maratón de 42 kilómetros que se va a correr en la ciudad de Fukuoka mañana domingo. En realidad va a haber tres carreras en simultáneo: la maratón de 42 kilómetros, una carrera especial para personas en sillas de rueda, y una carrera corta de 5 kilómetros. Una de mis profesoras por ejemplo nos contó en una clase que se había inscrito para participar de la carrera de 5 kilómetros.
Cualquier persona que residiera en Japón y fuese mayor de 12 años podía registrarse para participar de alguna de las tres carreras. Luego en diciembre van a hacer otra maratón diferente en la cual solo participan los atletas profesionales, y viene gente de todo el mundo a competir, dado que se trata de un campeonato internacional.
Luego pasé por Passage Hiroba (Plaza del Pasaje), donde había un músico cantando en vivo.
A las 18:00 llegué a Shakey’s, en Canal City, donde finalmente me senté a almorzar. Sí, no sé cómo hice pero aguanté toda la jornada sin comer nada desde que salí de casa a las 12:00. Pero al final valió la pena, porque significaba que tenía el estómago vacío y podía hacer valer al máximo lo que pagué por las dos horas de tabehōdai en Shakey’s.
Si bien tenía dos horas, pasados los cuarenta minutos ya iba por mi quinto plato y no quería saber más nada de pizza, espagueti, arroz con curry, nachos, cheddar, carne de tacos, patatas fritas, y todo lo demás que había para comer en este tenedor libre.
Una de las razones por las que me gustan tanto los tenedores libres de este estilo es que puedo hacer experimentos que en un restorán común no podría. Como por ejemplo, comer una pizza salada y una dulce al mismo tiempo, o mezclar una taza de café con leche con una de chocolate caliente, o ponerle cheddar a la pizza (y a las patatas y a todo lo que había básicamente, salvo quizás los espaguetis).
Unos minutos antes de las 19:00 me fui de Shakey’s completamente satisfecho, sintiendo que acababa no solo de almorzar, sino también de merendar, de cenar y de desayunar lo del día siguiente. Como estaba en Canal City y eran las 19:00, sabía que estaba por arrancar uno de los shows esos con la fuente de agua, así que me fui a verlo.
Terminó siendo el Gundam Scrumble, el mismo show que había visto con mis amigos aquella primera noche que nos vimos cuando estuvieron en Fukuoka, que fuimos a cenar a Shakey’s por recomendación mía.
Cuando terminó el show me dije: «¿Y ahora dónde voy?». Tras unos segundos me respondí: «Frente a la estación de Hakata van a estar haciendo el evento de Hikari no Machi con música en vivo. Podría ir hasta allá caminando, quedarme un rato a escuchar la música y luego tomarme el tren para volver a casa desde ahí.» Así que me fui desde Canal City me fui hasta Hakata.
De ahí me quise ir a tomar el tren a la estación de Hakata pero me encontré con que el servicio estaba interrumpido debido a un «accidente de injuria personal», lo cual es una forma sútil a menudo utilizada por las compañías ferroviarias para referirse al hecho de que alguien se arrojó a las vías.
Así que me tuve que volver caminando a la estación de Tenjin para tomarme el tren desde ahí.
Ame,
Kato
muy lindoooo
Que loco escuchar la misma canción 2 veces en el mismo día!