Visita al parque temático Huis Ten Bosch en Sasebo

Kara Ema:

Como te he contado varias veces, muero de ganas por visitar los Países Bajos. Pero como no lo pude hacer el año pasado en mi viaje por Europa, ni tampoco este año dado que estoy en Japón, hice lo segundo mejor que podía hacer: visitar Huis Ten Bosch (pronunciado «jaus-ten-boz»), un parque temático ambientado en los Países Bajos.

Huis Ten Bosch es un parque temático ubicado en la prefectura de Nagasaki que recrea los Países Bajos mediante copias de tamaño real de los antiguos edificios neerlandeses. La traducción literal de Huis Ten Bosch es «casa en el bosque», en neerlandés. El parque recibe su nombre del Palacio Huis ten Bosch, uno de las cuatro residencias oficiales de la Familia Real Neerlandesa, situado en La Haya.

El parque cuenta con una gran cantidad de edificios de estilo neerlandés, como por ejemplo hoteles, villas, teatros, museos, tiendas y restaurantes, junto con canales, molinos de vientos y otras atracciones como un parque lleno de flores de estación. Huis Ten Bosch abrió al público en marzo de 1992 y está situado en la isla de Hario, en la parte sur de Sasebo, frente a la bahía de Ōmura. Su ubicación refleja la relación histórica que Japón mantuvo con los Países Bajos y que comenzaron en 1609, cuando los neerlandeses abrieron un puesto de comercio en Hirado, no muy lejos de Sasebo. […]

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Decidí ir el lunes, que era un día laboral y escolar en Japón, para que hubiese menos gente. Pero terminó habiendo gente igual, incluso por alguna razón varios colegiales de escuelas medias y secundarias, que iban vestidos con el uniforme y en grupos de amigos.


A las 9:15 me tomé el autobús desde la estación de Hakata, y a las 11:10 llegué al parque. Tenía ya reservado también el autobús de la vuelta, que pasaría por la puerta del parque a las 20:00 en punto. La razón por la que decidí hacer esto fue porque las alternativas habrían sido tomarme un tren o quedarme a dormir en Nagasaki; ambas opciones me habrían costado considerablemente más caras que tomarme el último bus de las 20:00. Además porque recordaba que cuando había ido a Tokyo DisneySea me había alcanzado bien el tiempo para hacer todo y terminar a las 20:00.

«¿Cuántas cosas para hacer y ver puede llegar a tener un parque temático ambientado en los Países Bajos?», pensé. Definitivamente no estaba preparado para llegar y encontrarme con que había ocho sectores, cada uno con múltiples atracciones, tiendas y lugares para comer. Hasta museos y queserías había. ¡Sí, queserías! 🧀

En fin, a las 11:15 entré al parque.

Ese «Welcome» debería de haber estado escrito en neerlandés: «Welkom». Lo único que vi escrito en neerlandés en todo el parque fueron los nombres de las calles.
Otro cartel más dándote la bienvenida, junto con una mascota.
Una especie de palacio europeo por el que había que pasar para entrar

La primera sección del parque que recorrí fue Flower Road, que consistía en una caminata a través de un campo de flores y de molinos.

Molino. El edificio que se ve en el fondo es un hotel de lujo (Hotel Okura JR Huis Ten Bosch). Una habitación para dos personas con desayuno incluido y vista al parque sale US$200 por noche (en enero 2023).

La serena caminata por los molinos y las flores me terminó llevando a la siguiente sección: Attraction Town, que como su nombre lo indica era donde estaba una buena parte de todas las atracciones del parque.

La primera atracción que hice fue VR World, que era básicamente un simulador de realidad virtual. Podías elegir entre experimentar una aventura virtual de rafting o de bungee jumping por una ciudad. Yo elegí bungee jumping. Estaba bueno porque como —a diferencia del bungee jumping real— no podías morir, te tiraban desde edificios súper altos al medio de la ciudad, lo cual te generaba una leve sensación de vértigo.

Igual para mí lo mejor de todo fueron los gritos de los chicos de secundaria que estaban al lado mío. Se la pasaron gritando cosas durante toda la experiencia, y yo me la pasé riendo por ello. Es súper raro escuchar japoneses gritando, por esto del cuidado extremo que tienen por no molestar al otro, y por no romper con la serenidad preestablecida del ambiente. Supongo que esta es la misma razón por la cual casi nunca aplauden tampoco.

La siguiente atracción fue VR KING, la cual me decepcionó completamente. Yo pensaba que iba ser una montaña rusa que hacías mientras veías una experiencia de realidad virtual, pero al final terminó siendo que te hacían subir a un coche de montaña rusa, pero el coche no se movía sino que hacía que se movía mientras tú veías una película por unos cascos VR sobre que estabas en una montaña rusa que pasaba por el medio de una jungla, por abajo del agua, y demás lugares por los que una montaña rusa real no podría pasar.

De ahí me fui a dar una vuelta por el lugar, y a buscar algo para comer.

En el centro de esta sección había una gran fuente con varias esculturas de mujeres desnudas. Me hizo acordar al estilo de fuentes y esculturas que veía a menudo en Europa, las cuales son muy distintas de las que se ven en Japón. Por empezar el material y el color es diferente: las estatuas europeas tienden a ser blancas y fabricadas en mármol, mientras que las japonesas son casi siempre verdes/marrones y hechas de bronce. También está el hecho de que en Japón se hacen muchas estatuas en honor a niños y a animales, cosa que apenas he visto en Europa.

マウリッツの泉 (Fuente de Maurits)

La bella joven Psique se enamora de Cupido, el dios del amor. Celosa de Psique, la madre de Cupido, Afrodita, la diosa de la belleza, sometió a Psique a varias pruebas para desgarrar su amor. La escultura de la fuente representa la escena en la que Psique, tras superar todos los retos, pide perdón por su amor a la madre de Cupido, Afrodita. Se dice que si lanzas una moneda a la fuente en apoyo del amor entre Psique y Cupido, tu deseo se hará realidad.

Explicación de la escultura de la fuente escrita en un cartel frente a ella

A las 13:00 almorcé una de las llamadas «hamburguesas de Sasebo», conocidas por todo Japón por ser unas de las más sabrosas y rebosantes.

Almorzando una hamburguesa de Sasebo. Notar el tamaño de las patatas, la pajilla de plástico, y el inglés random: «sounds good» (más abajo también decía «what a so tasty!!»).
Miraras donde miraras ibas a ver adornos navideños

El siguiente sitio donde me metí se llamaba I.S. Labyrinth, y consistía en un laberinto de espejos. No te puedo explicar la cantidad de veces que me he sobresaltado con mi propio reflejo intentando salir de allí. Fue súper divertido y rocambolesco.

I.S. Labyrinth

Luego pasé por la galería de arte inmersivo, Super Trick Art.

Osos polares saliendo de una ventana en la pared
Más pinturas que parecía que se estaban escapando de sus cuadros
Fascinante ilusión óptica

Lo último que hice en esta sección fue ver un show llamado Horizon Adventure Plus, que contaba una leyenda neerlandesa sobre el espíritu del mar. Al final de la función no hubo ningún aplauso (no porque la gente no hubiese apreciado el show, sino porque no sienten necesidad de demostrarlo aplaudiendo, como es habitual en otras culturas).

Antes de pasar a la siguiente sección, te cuento un poco sobre la estrategia que decidí adoptar para recorrer el parque. La idea era ir visitando cada una de los sectores, haciendo por lo pronto únicamente las atracciones, es decir salteándome todo lo demás (incluyendo los shows y las tiendas). Los shows eran a determinadas horas y en determinados lugares, así que tenía que planificar si quería verlos, pero decidí no planificar nada y verlos solo si me llegaba a topar de casualidad con uno, o al final si me llegaba a sobrar tiempo.


Siguiente zona: Fantasia City of Lights. Aquí hice tres atracciones: Space Fantasia, Art Fantasia y Aquarium Fantasia. Las tres consistían en distintas habitaciones que ibas recorriendo, todas extensamente decoradas con luces, sonidos y proyecciones de todo tipo. Eran más que nada experiencias audiovisuales, con alguna que otra interactiva también.

Decoración de cientas de luces LED (con espejos que hace parece que hay infinitas) en Space Fantasia (I)
Decoración de cientas de luces LED en Space Fantasia (II)
Centro de la sección Fantasia City of Lights. Hay una persona cubriéndose la cabeza con un mapa; eso es porque en este momento se había puesto a llover, pero por suerte fue poca lluvia y duró poco también (menos mal porque no tenía mi paraguas conmigo).
El edificio de estilo barroco donde estaba la atracción de Art Fantasia
Proyecciones de un cardumen en Aquarium Fantasia
Simpático y pintoresco callejón
Llamativa edificación en la marina del parque

Hablando de edificaciones llamativas, la siguiente zona del parque, llamada Amsterdam City, me recibió con este paisaje, en el cual se pueden ver los dos edificios más imponentes de todo el parque:

Amsterdam City
Tienda de Nijntje (Miffy)

Miffy es un personaje popular de Países Bajos, pero como es kawaii y los japoneses son fanáticos de todo lo kawaii, eso hizo que fuese popular en Japón también.

Miffy es un personaje infantil creado por Dick Bruna. Miffy es una conejita. Su nombre original en el idioma neerlandés es Nijntje, que viene de konijntje, el cual se traduce como «conejito». En neerlandés su apellido es Pluis.

A veces se cree que Miffy es un personaje japonés, por el estilo de línea similar de Hello Kitty, creado por Sanrio en 1974. La marca Miffy es muy popular en Japón, con grandes ventas de sus productos fabricados en el país.

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Amsterdam City no tenía muchas atracciones interesantes. La única que hice fue visitar el Museo de Vidrio que estaba dentro del edificio ese gigante que parecía el castillo de Disney.

Candelabro de vidrio en el Museo de Vidrio
Calle con varios negocios y mesas. Ver mesas en la calle es común en Europa pero extremadamente raro en Japón.

En esta parte del parque había varias tiendas llamadas Castelo de…, que significa «Castillo de» en portugués (no me preguntes por qué estaba escrito en portugués y no en neerlandés porque no sabría decirte). Por ejemplo, en un momento entré a una que se llamaba Castelo de Sweets («Castillo de los dulces»), que vendía toda clase de dulces importados de varios países.

Hay un dulce neerlandés que muero de ganas por probar, que se llama hopje. Si lees la descripción del dulce vas a entender enseguida por qué tengo tantas ganas de probarlo:

Los hopjes, también llamados haagse hopjes (‘hopjes de La Haya’), son un tipo de golosina de los Países Bajos con un ligero sabor a café y caramelo originarios del siglo XVIII.

El hopje fue bautizado en honor del barón Hendrik Hop, cuyo médico le aconsejó que no bebiese café, por lo que ordenó a su panadero, Theodorus van Haaren, que inventase un dulce con sabor a café. Tras algunos experimentos, van Haaren creó un dulce con café, caramelo, nata y mantequilla. El entusiasta barón Hop gustaba de dar a probar a sus invitados sus hopjes, que ganaron así popularidad rápidamente. El sucesor de van Haaren terminó incluso recibiendo pedidos del extranjero.

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Habrá recibido pedidos del extranjero pero claramente no de Japón, porque no lo estoy pudiendo conseguir aquí.

Si bien no la he probado nunca, dado que está hecha de todos mis sabores favoritos (café, caramelo, crema), siento que se va a convertir instantáneamente en mi golosina preferida el día que la pueda probar.

Le pregunté a una persona que trabajaba en el Castelo de Sweets si tenían hopjes y me dijo que no sabía, pero que aguardara un momento que me averiguaría si había en alguna tienda del parque. Llamó por teléfono a una persona para preguntarle pero al final me acabó diciendo que desgraciadamente no tenían.

Así que mi ansiada degustación del hopje tendrá que esperar a mi ansiado viaje a los Países Bajos.

Tras el Castelo de Sweets visité el Castelo de Cheese, donde podías comprar quesos de distintos tipos provenientes de diversos países.

Castelo de Cheese
Por alguna extraña razón vendían también muñecas en el Castelo de Cheese
El cartel de la derecha dice «Envíos gratis en compras mayores a ¥7000», pero esa no es la razón por lo cual saqué esta foto ✌️.

En este lugar paré unos minutos para comer un tentempié. Me pedí un 焼きたてカースケイク (cheesecake) y una ピザフリッタ (pizza fritta), la cual no era ni pizza ni frita, sino más bien parecía una empanada de jamón y queso.

Cheesecake y pizza fritta
Otra calle de Amsterdam City
Un carrusel combinado con realidad virtual

La idea de combinar un carrusel con VR parece absurda al principio, pero si lo piensas es brillante. De esta forma tanto los niños como los adultos pueden entretenerse. Los niños se suben sin casco VR, solo por la diversión de estar montados en un caballo de mentira que se mueve y da vueltas, mientras que los adultos se suben para probar el novedoso agregado del aspecto virtual.


La siguiente sección que visité después de Amsterdam fue Harbor Town. Una particularidad de este sector es que por alguna razón estaba completamente fuera del parque. Es decir que era una zona de acceso público sin necesidad de comprar entrada, pero para poder usar las atracciones que estaban aquí te pedían mostrar tu entrada del parque para validar que realmente tuvieras una.

Fui a una sola atracción aquí también, llamada Go & Go!! Sniper Game. Era básicamente un polígono de tiro, solo que no con armas de verdad (que por cierto son ilegales para la tenencia civil y casi imposibles de conseguir en Japón, e incluso de ver—por eso me sorprendió cuando vi esta atracción). Las armas eran de aire comprimido, y podías elegir entre dos pistolas, una ametralladora y un fusil de francotirador. Adivina cuál elegí yo.

La ventaja del fusil era que tenía una mira que te permitía ver mucho más de cerca tu objetivo, aumentando la precisión. Lo malo era que era súper pesado y grande, lo cual lo hacía difícil de manipular. Además tenías solamente diez balas.

Lo bueno de la ametralladora era que tenías un montón de balas (140) y podías disparar continuamente y sin necesidad de recargar. La desventaja es que también era bastante pesada e incómoda.

Las pistolas por su parte eran pequeñas y fáciles de manipular y de usar. Cada una llevaba un cargador con 16 balas. Lo único que tenías que hacer era presionar la palma de tu mano contra el botón de seguridad y eso ya te permitía presionar el gatillo y disparar. Si no me equivoco (ya pasaron tres días y me olvidé), la recarga no era automática, así que tenías que llevar la corredera hacia atrás cada vez que hacías un disparo para poder volver a disparar.

El fusil solo podía ser manipulado por mayores de 18 años, mientras que la ametralladora y las pistolas podían ser usadas por mayores de 10. Los que tuvieran entre 10 y 17 años tenían más balas con la ametralladora: 170 en vez de 140.

Haciendo la fila para entrar al polígono de tiro. Notar los chicos de secundaria adelante de mí, vestidos con el uniforme (y chaquetas porque hacía frío).
Antes de pasar al polígono podíamos probar cada uno de los tres tipos de armas para decidir cuál usaríamos
Una de las pistolas que usé, las gafas de protección y el blanco de tiro. Cuando el chico me entregó el blanco de tiro me felicitó por haber hecho un headshot.

Cerca de esta zona estaba el Palacio Huis Ten Bosch, también por fuera de los límites del parque, así que también tuve que mostrar mi entrada en la puerta para poder pasar.

Huis Ten Bosch Palace (exterior)
Huis Ten Bosch Palace (interior)
Habitación en el estilo clásico neerlandés del siglo XVII
Jardín posterior del palacio (I)
Jardín posterior del palacio (II)
Estatua de un niño con una serpiente, en una fuente del jardín anterior del palacio.
¿Te acuerdas de esto? Es la misma exposición temporal de Alicia que vi cuando visité el V&A en Londres. Parece que está haciendo un tour por el mundo, y llega a Japón este mes.

A las 17:00 me tomé un adorable minibus que pasaba por enfrente del palacio y te llevaba de vuelta al parque. También lo podías utilizar para desplazarte por las distintas áreas del parque.

Bus kawaii de Huis Ten Bosch

Me bajé en la estación frente a Art Garden, otra zona del parque que aún no había recorrido.

Japonesa paseando a sus mascotas en un cochecito

Parece que estaba permitido entrar al parque con mascotas, lo cual no me sorprende dado que muchos japoneses las consideran parte de su familia y las llevan en cochecitos como si fuesen sus bebés. Igual, si bien podían pasear por el parque con sus mascotas, no podían entrar a ninguna tienda ni atracción con ellas.

Una parte de Art Garden que era como una especie de laberinto entre las plantas, las luces y los estanques.
Una góndola pasando por un canal
Un edificio adornado con una pantalla de miles de luces LED azules. Pienso que la idea era representar agua que fluye sobre el jardín de flores, el cual también estaba todo iluminado con luces LED azules.
Otra parte del Art Garden, vista desde una plataforma elevada.

Mientras caminaba por el Art Garden me di cuenta de algo sobre los japoneses. Viste que yo siempre digo que a ellos les apasiona todo lo que sea kawaii/tierno/adorable. Pero va más allá de eso. También son grandes apreciadores de todo lo que sea estéticamente agradable y bonito.

El estudio de la estética japonesa está relacionado con los estándares de lo que se considera gusto o belleza en la cultura japonesa. Considerado como filosofía en las sociedades del occidente, el concepto de estética en Japón es visto como una parte integral de la vida cotidiana. La estética japonesa incluye una variedad de ideales; algunos de estos tradicionales y otros modernos o influenciados por otras culturas.

Contrario a las tradiciones occidentales, el concepto del Creador (el Dios judeocristiano) no se encuentra en los ideales estéticos japoneses. Los kami (en el sintoísmo) y los budas (en el budismo) no son creadores del mundo o la naturaleza, sino que la naturaleza es vista como una entidad individual para ser admirada y apreciada. La apreciación de la naturaleza ha formado parte fundamental en los ideales estéticos japoneses, así como en las artes y otros elementos culturales. En ese respecto, la noción de «arte» (o su equivalente conceptual) es también diferente de la misma noción en la tradición occidental. El arte japonés no conquista a la naturaleza de forma rigorosa, en su lugar, trata de incorporar a la naturaleza e incorporarse en la naturaleza.

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Adyacente a Art Garden estaba Tower City, así que hacía allí me dirigí tras pasear por el jardín. En Tower City estaba Domtoren, una torre de observación de 80 metros de alto.

Domtoren en Tower City
Huis Ten Bosch visto desde lo alto de Domtoren (I)
Huis Ten Bosch visto desde lo alto de Domtoren (II)

Cuando volví a bajar de la torre ya se había hecho de noche.

El canal iluminado de noche
Este tipo de puente se lo conoce como meganebashi en Japón («puente de anteojos»), dado que su reflejo en el agua hace que tenga la forma de unos anteojos.
La noria del parque iluminada de noche
Uno de los tantos árboles de Navidad que había dispersos por el parque
Más mascotas en cochecitos (¡y con bufandas!)

La siguiente parte del parque que quería visitar se llamaba Adventure Park, pero lamentablemente todas sus atracciones cerraban a las 18:00, que era casi exactamente la hora en la que pasé por ahí.

Entre las atracciones que había —y que me perdí de hacer por no haberme fijado la hora de cierre— en esta zona estaban una tirolina, un circuito aventura entre los árboles, un laberinto de madera con varios obstáculos, y una tranquila montaña rusa en la que ibas colgado de un riel, el cual te hacía sentir como estabas sobrevolando un bosque.

En este punto ya había recorrido todas las zonas del parque, y todavía me quedaban dos horas hasta que tuviera que ir a tomarme el bus, así que decidí emplear ese tiempo para ver algunas de las zonas de vuelta, solo que esta vez de noche con toda la iluminación. También quería ver si podía llegar a ver aunque sea un show.

Majestuoso edificio que en realidad no era más que un pasaje entre Flower Road y Attraction Town

Antes de volver a las secciones que ya había visto, me fui a recorrer la parte de la entrada/salida del parque, que todavía no había visto. Aquí es donde estaba Schiphol, que es el nombre del aeropuerto de Amsterdam (la única parte que conozco hasta ahora de la capital neerlandesa), pero en este caso era el nombre de una tienda para comprar suvenires del parque.

Schiphol
Interior de la tienda, con los clásicos carteles amarillos de Schiphol.
Muchas conejitas Nijntje, vestidas de Santa.

Desde la entrada del parque me volví para atrás hasta Attraction Town, para ver cómo lucía de distinto ahora que era de noche.

Calle de los paraguas flotantes ☂️
Plaza en el medio de Attraction Town, rodeada de árboles de Navidad.
Lugar donde vendían fondue de queso, que me habría encantado probar pero era bastante cara y para dos personas o más.
Más decoraciones navideñas. ¿Cuántos Papás Noeles llegas a ver? Yo conté 23.
Un chocolate caliente que me pedí en un lugar donde había un grifo, te daban un vaso y te podías servir por tu cuenta (una sola vez).

Luego pasé de vuelta por Fantasia City of Lights.

Fantasia City of Lights iluminada de noche

Y por Amsterdam City.

Amsterdam City iluminada de noche
Tienda de Nijntje por dentro
Show de Nijntje proyectado sobre un edificio

A todo esto ya eran casi las 19:00, así que decidí ir de vuelta para la entrada. En el camino me encontré con un show de aguas danzantes en la zona de Flower Road:

Aguas danzantes en Flower Road

En ese momento salí del parque. Todavía faltaba casi una hora para que llegara mi autobús, pero salí con tiempo a propósito porque había un lugar que quería visitar cerca del parque.


Resulta que hay una cadena de hoteles en Japón llamada Henna Hotel, que traducido significa algo así como «hotel extraño/raro». Definitivamente era bastante extraño.

A pocos metros de la entrada del parque había uno de estos hoteles, así que decidí pasar unos minutos a verlo. Cuando entré no vi a ni un solo personal humano del hotel. En su lugar me encontré con esto:

Yumeko, la androide que te atiende en Henna Hotel.
Un dinosaurio robot, otro de los empleados de este bizarro hotel.

Esta es la clase de cosas que cuando les ves, instantáneamente te hacen pensar «esto es en Japón»; la clase de cosas que hacen que este país sea tan único e increíble.

YouTube player
Video mostrando cómo es la interacción entre los clientes y los empleados robot, entre varias otras cosas futuristas que tiene este hotel.
El guardarropa del hotel, operado por un brazo robótico.
Un «smart konbini» adentro del hotel, donde no había nadie para atenderte. Simplemente entrabas, escogías lo que querías comprar, lo escaneabas y lo pagabas con tu tarjeta.

Obviamente que en cuanto vi el smart konbini lo quise entrar a probar, así que me terminé comprando un par de cosas para comer como tentempié mientras esperaba mi bus.

Comprando en el smart konbini

Finalmente me volví para la entrada del parque —que es donde estaba la parada del autobús—, y me fui al free lounge que había allí a comer mi tentempié y esperar a que se hicieran las 20:00.

Ame,
Kato