Salida gastronómica por distintos barrios de Tokio

Kara Ema:

Ayer martes hicimos una salida gastronómica. Nos fuimos con Hank —el neerlandés— y con Leo —un austríaco— a probar varios restoranes en diferentes zonas de Tokio.

A las 14:00 salimos de la share house y nos fuimos hasta Shibuya. Desde Shibuya caminamos por Cat Street hasta Omotesandō, en Harajuku. Desde ahí anduvimos un poco más hasta que llegamos a nuestro primer destino: Cafe Landtmann, un restorán austríaco que Leo quería probar.

Cafe Landtmann

A juzgar por los precios elevados y la decoración elegante, se trataba de un restorán de alta categoría. Así que decidimos no pedir mucho; no solo por los precios sino porque íbamos a ir a otro restorán después.

Yo me pedí un Einspänner y una Mozarttorte. Un Einspänner o café vienés es básicamente un café espresso con nata montada servido en un vaso de vidrio. Mozarttorte es una torta de chocolate y crema de pistachos.

Einspänner y Mozarttorte

Para que te des una idea de lo caro que era, el café y la torta me salieron ¥1500 (~US$11). Más caro que Starbucks.

A las 17:00 salimos del resto vienés y nos fuimos a tomar el metro para ir al siguiente restorán, esta vez uno argentino llamado Bar Porteño.

Al cabo de media hora llegamos a la estación de Kinshichō en el barrio de Kotobashi, una zona de Tokio que aún no conocía.

No tardé mucho en encontrar una estatua de una niña.

Estatua de niña en Kotobashi

Y de un kappa (河童), un ser mitológico perteneciente al folclore japonés que habita en los ríos o lagos.

Estatua de Kappa

En el Bar Porteño había Fernet con Coca. Les conté a mis amigos que este es un clásico cóctel argentino y les recomendé pedirlo. Leo y yo nos pedimos uno mientras que Hank se pidió simplemente una Coca. Cuando le pregunté a Leo qué pensaba del Fernet con Coca, me dijo que no le disgustaba pero que tenía un sabor extraño al principio, como si estuviese tomando enjuague bucal.

Fernet con Coca en Bar Porteño

Al cabo de un rato vino el camarero a traernos un aperitivo.

Aperitivo de Bar Porteño

El aperitivo incluía dos salsas muy ricas: alioli (típica de España) y chimichurri (típica de Argentina). También venía con una especie de barco hecho de medialuna con queso adentro, y con un salame para la vela. Todo súper exquisito.

Luego llegaron las empanadas que pedimos. Porque obviamente que les tenía que hacer probar empanadas. Pedimos tres de jamón y queso y dos de carne.

Empanadas de Bar Porteño

Luego vimos que había churros también, pero no al estilo argentino (con dulce de leche) sino a la española (con chocolate derretido). Así que nos pedimos una porción de churros para cada uno.

Churros estilo español en Bar Porteño

A las 19:30 nos fuimos.

Última foto que saqué a la entrada del bar

Mientras íbamos caminando de vuelta a la estación, pensábamos qué hacer como sanjikai. En el camino me topé con otra estatua más, así que les pedí a los chicos que aguardaran mientras tomaba fotos de cada ángulo.

Estatua de tres bebés en Kotobashi (I)
Estatua de tres bebés en Kotobashi (II)
Estación de Kinshichō

Al final decidimos ir a Ikebukuro, a pasear por ahí hasta encontrar algún buen restorán donde entrar a seguir comiendo.

En el tren vi un anuncio publicitario que captó mi atención lo suficiente como para tomarle una foto.

Publicidad de Ashinaga en un tren de Tokio

Ashinaga es una organización sin ánimo de lucro con sede en Tokio (Japón) que proporciona financiación educativa y apoyo psicológico a niños que han perdido a uno o ambos tutores, así como a aquellos cuyos tutores sufren graves discapacidades. Desde su fundación en 1993, la organización ha recaudado unos 1.000 millones de dólares y ha ayudado a más de 95.000 estudiantes a terminar el colegio y/o asistir a la universidad. Ashinaga también proporciona instalaciones residenciales, apoyo psicológico, programas de día y campamentos tanto para los niños más pequeños como para los beneficiarios de préstamos estudiantiles de Ashinaga.

Wikipedia

Lo que más me impactó de la publicidad fue la carta que estaba escrita en ella, por el puño y letra de un niño de nueve años. Decía lo siguiente:

Cosas que quiero hacer el Día del Padre

Quiero volver a ir a un restaurante con mi padre. Quiero hacer otro viaje con él. Quiero volver a ver un partido de béisbol con él.

En el Día del Padre, quiero acordarme de mi padre y llorar para no olvidarle.

Cuando sea mayor, quiero ser médico para curar la enfermedad que tenía mi padre.

Carta en el afiche de Ashinaga

Me dieron ganas de hacer un voluntariado en esta organización, pero al parecer solo aceptan gente con un nivel avanzado de japonés. A lo mejor más adelante.

A las 20:40 llegamos a Ikebukuro y nos pusimos a caminar por las calles al norte y oeste de la estación.

Ikebukuro

Tras pasear por un rato, en un momento pasamos por enfrente de un kōban (casilla de policía), y yo les dije a los chicos que a lo mejor podíamos entrar ahí y pedirles a los policías que nos recomendaran algún buen izakaya por la zona. Así que eso hicimos.

Fue mi primera experiencia hablando con la Policía Metropolitana de Tokio. Como suele ser el caso con casi todos los japoneses, los policías también son súper simpáticos y se muestran completamente dispuestos a ayudarte. Nos recomendaron un izakaya llamado 大都会 (Daitokai), que quedaba a tan solo una cuadra de donde estábamos, así que les agradecimos y nos dirigimos allí.

En Daitokai yo me pedí un vino de arroz (nihonshu, o sake como se lo conoce fuera de Japón), una croqueta de jamón y algo que parecía una especie de provoleta de queso.

Provoleta, croqueta y nihonshu en Daitokai.

De ahí nos volvimos para casa. Llegamos a eso de las 23:30.

Ame,
Kato