Kara Ema:
El domingo fue mi tercer y último día en Nikkō. El plan para este día era visitar Okunikkō, la región montañosa de Nikkō.
A las 9:00 estaba en la parada de autobús esperando el bus que me llevaría a la zona montañosa desde la zona más urbana y céntrica.
A las 10:30 llegué a mi primera parada en Okunikkō: la catarata Kegon, la primera de varias cascadas que había para ver por esta región.
La cascada Kegon, a veces catarata Kegon (en japonés, 華厳滝, Kegon no Taki) es una gran caída de agua permanente de Japón que se encuentra en el lago Chuzenji (la fuente del río Oshiri), dentro del Parque nacional de Nikkō, en la ciudad de Nikkō, en la prefectura de Tochigi. La cascada, con 97 m de altura, es una de las tres cataratas más bonitas del Japón (las otras dos son las cascada Nachi y la cascada Fukuroda).
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De ahí me fui a probar una especialidad de la región: 餃子コロッケ, croquetas rebozadas con el mismo interior que una gyōza (empanada china).
Luego me fui para Chūzenji Onsen, una pequeña ciudad de aguas termales al borde del lago Chūzenji.
A las 11:30 me tomé un crucero que pasaba por el lago Chūzenji, partiendo desde Chūzenji Onsen (al este del lago) y llegando a Shobugahama (al norte del lago).
Cuando me bajé del crucero me fui caminando directo a la siguiente cascada: Ryūzu.
Las cataratas de Ryūzu (龍頭滝, -taki, lit. «Cascada de la cabeza del dragón») son unas cataratas situadas aguas arriba del río Yugawa, que desemboca en los lagos Yunoko y Chūzenji. Se encuentra cerca de Nikkō en la prefectura de Tochigi, Japón.
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Esta cascada fue el comienzo de lo que ha sido para mí la mejor parte de toda la excursión: una de las mejores rutas de senderismo que he hecho en mi vida. Anduve alrededor de 7 kilómetros durante dos horas, partiendo desde la catarata Ryūzu, bordeando el río Yukawa por la ciénaga Senjōgahara hasta llegar a la cascada Yudaki.
Finalmente llegué a la cascada Yudaki. Y a buena hora, dado que mi cuerpo me estaba pidiendo comer y beber algo para recuperar la energía consumida durante la larga caminata.
Por suerte había un konbini al lado de esta catarata —sí, a mí también me sorprendió ver un konbini en el medio de una ciénaga, pero ahí estaba—, así que entré y me compré un café frío y un 焼き団子 (yaki dango).
El dango (団子) es un bollo japonés elaborado con harina de arroz […]. El dango suele tener forma redonda, y a menudo se sirven de tres a cinco dango en una brocheta. En general, el dango entra en la categoría de wagashi [dulce tradicional japonés], y suele servirse con té verde. Se come durante todo el año, pero las diferentes variedades se consumen tradicionalmente en determinadas estaciones.
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Tras descansar unos minutos y recuperar energías, continué caminando hacia la siguiente parada: el lago Yunoko, a 400 metros al norte de la catarata Yudaki.
Finalmente llegué a Yumoto Onsen, el último destino que tenía programado visitar.
Yumoto (湯元, literalmente «origen del agua caliente») es una pequeña ciudad termal en la parte trasera de Okunikko y parte del Parque Nacional de Nikko. La ciudad tiene una atractiva ubicación junto al lago Yunoko (lit. «lago de agua caliente») y está formada principalmente por ryokan con baños termales.
Al norte de la ciudad se encuentra Onsenji, un templo budista con un pequeño baño termal abierto al público. Al lado del templo está el pantano de Yunodaira, donde gran parte del agua caliente de la ciudad brota del suelo. También hay agua caliente burbujeando a lo largo de la orilla norte del lago Yunoko, y un agradable olor a azufre se cierne sobre toda la ciudad.
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Mientras estaba caminando por aquí me crucé con una de las mariposas más hermosas que jamás he visto, y por suerte pude tomarle una fotografía de cerca:
Papilio maackii, la cola de golondrina negra alpina, es una mariposa de la familia Papilionidae. Se encuentra en Asia Central, Japón, China y Corea del Sur.
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Luego fui a visitar el ashiyu (baño para pies) que había en el pueblo.
De ahí me fui a un onsen. Porque obviamente, no podía visitar un pueblo de onsen sin pasar por un onsen. Estuve disfrutando de las aguas termales alrededor de una hora, entre las 16:00 y las 17:00.
A las 17:20 me tomé un bus de regreso al centro de Nikkō. El trayecto duró una hora y media más o menos.
Para aguantar el hambre hasta llegar a casa —dado que todavía tenía unas cuatro horas de viaje más en tren hasta Tokio—, pasé por un konbini y me compré una croqueta de carne y un Choco Monaka Jumbo.
Tras haber caminado un total de veinte kilómetros durante todo el día, y haberme tomado dos autobuses, cuatro trenes, y dos metros (tiempo total subido a un transporte: ~8 horas), te imaginarás que para cuando finalmente llegué a casa a las 23:40 estaba totalmente exánime.
En uno de los varios norikae (cambios de tren) que hice durante el trayecto, tuve que pasar por la estación de Kanda, lugar donde nunca había estado antes. De casualidad se me dio por salir a la calle un minuto mientras me orientaba y buscaba dónde tenía que tomar el siguiente tren. En la entrada a la estación me encontré con esto:
Ame,
Kato
Espectacular!!