Segundo día: Cannes, playa, pijamada y mucha comida

Kara Ema:

El domingo —mi segundo día con mi familia de acogida— fue igual que el sábado: súper divertido y repleto de actividades. Voy a intentar resumirte las cosas más interesantes que estuvimos haciendo.

Por la mañana Charlotte me llevó en un tour en coche por todo el centro de Cannes. Pasamos frente a hoteles gigantes y lujosos, boutiques de marcas reconocidas y carísimas, playas públicas y privadas, centros comerciales, barcos que van a Saint-Tropez y otras islas que están cerca, el lugar donde se celebran varios festivales durante todo el año, incluyendo el famoso festival internacional de cine. Todas vistas espectaculares, mires adonde mires.

Al mediodía fuimos a buscar a Sarah a su clase de árabe, y de ahí nos fuimos a almorzar a un restorán con una familia amiga. Yo me pedí une escalope milanaise (milanesa de pollo), que por alguna razón también venía con arroz, ensalada y papas fritas. De más está decir que no me lo pude terminar todo, por más rico que estaba. Así que le pedimos a la serveuse que nos envolviera lo que había sobrado para llevarlo a casa.

Alice, una de las chicas de la otra familia —muy amiga de Sarah y de su misma edad— se vino con nosotros para la residencia. Cuando llegamos a casa también recibimos a otra familia más, a quienes Charlotte había invitado a tomar una merienda en la terraza. Antes de la merienda nos fuimos todos a recorrer el enorme predio de la residencia: pasamos por la piscina, el área de juegos, la cancha de tenis, la de basket, la de la petanca (o en francés: les boules), y por último terminamos en la laguna, donde le dimos de comer a los animales. Luego volvimos a casa y tomamos la merienda en el balcón, donde comimos un montón de cosas también. Tuve la oportunidad de probar el foie gras y las moras que habían recolectado Sarah y Alice.

Más tarde fuimos a la playa, donde estuvimos corriendo de aquí para allá, intentando entrar un poco al agua pero reculando de lo fría que estaba y lo mauvais que estaba el tiempo. Sarah fue la única que se animó a meterse por completo. Nos quedamos hasta un poco pasadas las 21:00, que es la hora en que arranca el toque de queda. Charlotte nos pasó a buscar con el coche para llevarnos de regreso a la residencia.

Cuando volvimos a casa ya solo éramos Charlotte, Sarah, Alice y yo. Charlotte se fue a dormir temprano porque estaba cansada, y Sarah se puso a preparar unos gnocchi para cenar con Alice y conmigo. Después de cenar nos echamos en el piso a jugar un juego que había traído Alice, que consistía en ir cogiendo cartas por turnos y hacer la mímica y/o el sonido del dibujo que mostraba la carta para que los demás lo intentaran adivinar. El primero que adivinaba diez ganaba (fue Alice, que corrió con algo de ventaja por ser la única que se conocía los dibujos de las cartas). Luego le enseñamos a Alice a jugar al Ligretto (un juego de cartas que traje yo desde España) e hicimos tres partidas. Finalmente nos fuimos todos a dormir à minuit et demi.

Ame,
Kato